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NACIÓN CHARRÚA

RAMÓN MATAOJO

RAMÓN MATAOJO

Primer Charrúa que cruzó el Atlántico, Enero de 1832.

Corría el año 1832, en el Puerto de Montevideo zarpaban muchos barcos con destino a Europa. El naciente estado Oriental estrenaba su diplomacia con los europeos, quiénes a su vez estaban muy interesados en las “curiosidades” del nuevo mundo. Toda la efervescencia del mundo académico francés centra su atención en el estudio de las nuevas especies encontradas de este lado del océano, la Academia de Ciencias de París, además de investigadores y periodistas particulares estaban ávidos de recibir información y nuevos objetos de estudio. Es así que a Barral, se le ocurre la idea de iniciar gestiones ante el gobierno de Fructuoso Rivera para trasladar algunos ejemplares de los prisioneros charrúas capturados en las últimas campañas de exterminio llevada a cabo en el año 1831.
Se encuentra ante Ramón Mataojo, llamado así por haber sido capturado en las riberas del Arroyo Mataojo Grande. Indio Charrúa joven de entre 18 y 20 años.
El primer charrúa que cruzó el Atlántico fue conducido en el mes de enero de 1832, a bordo de la corbeta L’Emulation, a cuyo mando estaba el teniente de Navío Louis Mario Barral, quién había sido encargado de una misión hidrográfica en las costas de Brasil y relevo del Río de la Plata. Partió de Montevideo el 16 de enero de 1832 y arribó a Tolón el 19 de abril, con su insólito pasajero a bordo. Asi se dirige por carta al Ministro de Marina para informar al respecto:
...“Estando en Montevideo en la época de la última expedición del Gral. Fructuoso Rivera contra la nación indígena de los Charrúas, pensé que sería quizá agradable a Vuestra Excelencia ofrecer al Ministro de Interior uno de los individuos de esta nación, elegido entre los que fueron hechos prisioneros. En consecuencia, solicité y obtuve del gobierno de la República de la Banda Oriental del Uruguay, un indio charrúa, de 18 a 20 años de edad y lo embarqué en L’ Emulation el 15 de enero, víspera de mi partida a Francia”...
En esa extensa nota describe el aspecto de Ramón Mataojo, quien se negaba a comer durante los primeros días de su viaje porque los marineros se habían negado a embarcar a “sus mujeres”. También comunica que debió cortarle el cabello porque tenía piojos, cosa que mucho contrarió al joven, al igual que la imposición de cambiar su atuendo (pollerín de cuero como única vestimenta) por la ropa de los marineros. Habla de la corpulencia física del charrúa, comparándolo con los indios de Tierra del Fuego llevados a Inglaterra y de su jovialidad en el trato con los marineros.
Ramón mostraba una gran alegría al divisar a otras embarcaciones y generalmente era el primero en avistarlas, comía la carne casi cruda y se negaba a trabajar, y frecuentemente preguntaba a los marineros, en español, si había caballos en su tierra.
Contrariamente a lo que esperaba el Teniente Barral, el ministro de Marina no asumió el compromiso de hacerse cargo del pasajero, se limitó a escribir a la Academia de Ciencias, agregando la carta de Barral y el informe sobre los charrúas (Félix de Azara), pero en otra correspondencia paralela solicitaba al Ministro de Interior que inmediatamente le diera a conocer el destino del extranjero, del que quería desembarazarse lo más rápido posible. Respuesta apática hubo de la Academia de Ciencias y de la prensa parisina. Esto motivó que Ramón Mataojo siguiera como marinero en L’Emulation y participó en diferentes viajes por el Mediterráneo. Esta embarcación volvió a Tolón, después de varias misiones el 23 de setiembre, pero sin su melancólico marinero. Ramón Mataojo murió en el mar el 21 de setiembre de 1832, su cuerpo, fue, sin duda, echado al mar con el ceremonial usual. Su acta de deceso, enviada al Ministro de la Marina, el 25 de octubre de 1832, no da ninguna indicación acerca de la causa de su muerte.
Termina así la odisea del primer charrúa enviado a Francia.
Posteriormente se embarca con igual destino a los cuatro charrúas más conocidos. Pero existe una notoria diferencia entre los fines de ambas expediciones. A Barral lo motivó un interés científico, desestimado por la Academia, a de Curel lo movían intereses comerciales netamente, lo que hizo más trágico el destino de nuestros ancestros.


GRUPO INDIGENA GUYUNUSA TACUAREMBO

INTEGRANTE DE CO.NA.CHA
(Consejo de la Nación Charrúa - Uruguay)

1 comentario

Alberto Barreto -

Muy buena informacion hacerca de nuestros aborigenes. Tremenda pena que ellos fueran tratados de tal manera
Siempre ocurre cuando uno se siente superior a otro. Soy descendiente de los primeros colonos de San Jose de Mayo y en mis busquedas de ellos siempre encuentro a nuestros indios en los documentos de entierros. Siempre olvidados y enterrados sin mucho respecto. Una verguenza que siempre ocurre atravez de la historia mundial.
Saludos
Alberto
Sydney Australia